domingo, 13 de diciembre de 2009

Y ASI TUVO QUE SER

El deportista espera que el entrenador lo dirija de manera competente en los entrenamientos, demostrando conocer los últimos adelantos científicos, y de esta forma ganar la plena confianza del equipo en él y en su entrenamiento que los llevara a obtener buenos resultados en sus esfuerzos personales. La buena relación entre el deportista y el entrenador tiene efectos muy positivos sobre el rendimiento, la competición, la actitud del deportista hacia el equipo y hacia los entrenamientos exigentes. Tanto la comunicación de la planificación de entrenamientos y competencias, como el mantener un nivel de ansiedad adecuado mediante la creatividad en los entrenamientos, son variables fundamentales que deben ser tenidas en cuenta durante todo el proceso deportivo.

El gran porcentaje del éxito o fracaso se debe fundamentalmente al tipo de relación existente entre el entrenador y los deportistas, el tipo y el nivel de comunicación que mantengan con sus entrenadores va a ser de vital importancia en su formación y rendimiento alcanzado. Lo cual no significa que el entrenador tenga que hacer el papel de un deportista mas para tener una buena relación; debe mantener una distancia que esta determinada por su función en el grupo, que es la de guía. Esta distancia no lo debe mantener aislado del grupo, creando una persona inaccesible, sin sentimientos y emociones. Debe ser capaz de escuchar, atender y comprender las necesidades del grupo y de esta forma ganar su confianza y respeto.

Por ultimo y como conclusión: Solo profesionales idóneos y capacitados son los que tienen que estar en contacto con los deportistas, ya que son los responsables del cuidado de las verdaderas estrellas del deporte, que son los deportistas, y sin ellos no habría deporte.


M.T.K.

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