Los entrenadores por siempre tuvimos que afrontar esos momentos que triviales y banales para otros, son traumáticos y dolorosos para nosotros.
Hemos tenido que ver como grandes jugadores por distintas circunstancias tuvieron que abandonar la práctica deportiva.
Cual es el alcance de estas desiciones, a donde llegamos cada vez que afrontamos la perdida.
Cuando un jugador se va perdemos todos. Ese jugador que se retira deja un espacio que no se podrá ocupar, una herida deportiva…, pero no me voy a centrar en el detalle sino en lo importante.
Un jugador a lo largo de su vida deportiva deja mucho. Cuando los amigos sistemáticamente organizaban festivales sociales cotidianos, el deportista solo participa de algunos, pues la impronta deportiva no se lo permite. Las reuniones de grupos sectarios como ser el colegio y demás, están signadas por la falta a veces, de tiempo para participar. Los horarios nocturnos están relegados casi siempre para el deportista, para el jugador. A veces tienen que estudiar solos, preparar tareas en la soledad de acusaciones y presiones por parte de amigos y compañeros, tal vez con razón, porque por lo general no puede participar de todas las reuniones o “juntadas”, pues tiene que entrenar o jugar, etc.
Un jugador deja muchas cosas, se resigna a los castigos que reciben de los padres, porque cada vez que es aplazado en el colegio, el deporte tiene la culpa y no la “mínima” posibilidad de un aplazo normal como recibe cualquier persona en su vida.
Tiene que afrontar día a día por lo general, la falta de dinero para adquirir un elemento para practicar el deporte y tiene que hacer un montón de sacrificios que lo retrasan en su evolución deportiva. A veces ve injustamente, por lo general en las mujeres, como es favorecido más un hermano, etc. También tiene que lidiar con la presión sometida por algunos que no entienden lo que significa el deporte para el deportista.
El jugador se pierde muchas veces cosas importantes por el deporte, algunas “juntadas inolvidables” con lo compañeros, amigos, etc.
Deja mucho y a lo largo de su vida deportiva, pasa por momentos malos y buenos, muchas veces se le paso por la cabeza dejar de jugar, otras quiso “matarlo” al entrenador cuando no lo entendía, vivió viajes inolvidables, algunos representaron a la provincia o al país, muchas veces se lesiono y tuvo que superar ese problema, muchas veces se fue caminando al entrenamiento y tuvo que usar unos calzados rotos, vivió tantas anécdotas y tiene tantas historias para contar que no le alcanzaría el día. Muchas veces no comió por rabia cuando no le salieron las cosas, se encerró en la pieza y lloro y por supuesto nadie lo entendió; el deportista por todo lo que vivió tiene buen corazón. Supo de la derrota y de la victoria y en el ocaso de su vida deportiva comprendió la esencia del deporte, solo el deportista conoce el misterio del deporte.
Y hoy cuando llega ese momento que nunca lo pensó pero siempre estuvo ahí, ve pasar toda su vida en un instante, los festejos, los goles, las “macanas” cometidas, los retos del entrenador, la frustración de un partido perdido, la alegría de la carrera ganada, el tercer tiempo, el llanto de emoción cuando conoció un entrenador que sabia del misterio del deporte, las palabras sabias, las frases banales, las noches de llanto y nerviosismo. Una estrella pierde su luz cuando perdemos un deportista.
Pero el queda en el corazón de los que los vieron dejar su vida en la cancha, de los que vieron hacer historia, de los que lo vieron jugar lastimados, de los que lo vieron alentar cuando todo estaba perdido, de los que lo vieron levantarse de las cenizas de la derrota, de los que lo vieron saltar y llorar de alegría, de lo que lo vieron dar una vuelta olímpica, de los que lo vieron dejar todo por su provincia, por el club. Cuando un deportista se va deja un surco en el pensamiento de todos los que lo vimos jugar, deja una huella a la más joven, deja parte de su vida que el universo capitaliza para ir renovándose.
Cuando un jugador se va todos perdemos algo.
Dedicado a: Mery, Pauli, Flaca y Nati
Seba DT